Primavera y otoño religiosos
Entorno a la primavera, con la Semana Santa, el “Día del Encuentro” es especialmente esperado por las jóvenes casaderas que desean ser elegidas para “quitarle el manto a la Virgen”. La joven afortunada, con una vara primorosamente adornada, le apartará (tras tres encuentros rituales) la negra veladura que oculta el rostro de la Virgen; para que vea a su hijo, Cristo Resucitado. Ocasión en que se recitan unos sentidos versos que, tradicionalmente, borda la voz de María Ángeles y Fina.
Santa Cecilia tiene su propia fiesta, de la que se ocupa la Banda Unión Musical Santa Cecilia; con su concierto al aire libre, coronación de Musa, entrega de instrumentos, pasacalle, misa y procesión.
El Ayuntamiento, hace lo propio con San Isidro Labrador y con la Virgen del Rosario (patrona del Consistorio). La Virgen del Pilar tiene, el 12 de octubre, su celebración por parte del puesto de la Guardia Civil; que, pese al aislamiento de Cortes, se mantiene por las magnas instalaciones de Iberdrola. Abriendo, tras la misa, las puertas de su Acuartelamiento a un vino de honor para los cortesanos.
Pero la más llamativa fiesta es (junto a la del Pan Bendito, con clavariesas -por calles- que “sirven” y preparan las bolsitas con los trozos que se bendicen y reparten), la procesión silenciosa del Cristo de la Vida; para la que existe una “colla” de costaleros o portadores, debidamente uniformados y entrenados. Viniendo la tradición del hallazgo, al pie de la alta cascada del barranco de Cortes sobre el río Júcar, de la cabeza del Cristo de Casas de Ves (Albacete); que había sido arrojada al cauce, en este pueblo, tras la quema de su santuario durante la pasada Guerra Civil.