Historia Cheste: La conquista Cristiana

Durante el siglo XIII, las taifas de la zona cedieron ante el empuje de los guerreros del norte, aragoneses y catalanes. Jaime I pactó con ellos la divisoria Biar-Bussot en el tratado de Almizra en 1244.

Las primeras referencias que podamos relacionar con Xest o Cheste provienen, de momento, del llamado Llibre del Repartiment.

Recogemos la noticia de un callejón de la ciudad de Valencia identificado como Açuqaq de Alt Alchesti. La expresión “alqueriatn deXest, iuicta Xivam”, sugiere que Cheste pudo ser una alquería de la red de lugares que defendería el hisn de Chiva, No deja de sorprendernos, sin embargo, que tal señorío, en realidad una pequeña alquería aparezca relacionado con personajes de verdadera relevancia en el panorama político de la época.

Durante las primeras décadas tras la ocupación de Valencia se desató un intenso y confuso mercado de tierras e inmuebles que alteró de modo significativo el cuadro de donaciones que presenta el Repartiment. Lo bien cierto es que a los pocos años, en 1244, Cheste aparece en manos del propio rey Jaime I y es objeto de un intercambio en el que interviene Abú Zayd tal como recoge el relato mismo de la crónica real, el Llibre deis Feyts.

El 10 de septiembre de 1251, Jaime I entrega Cheste a Ximén Peris de Arenós a cambio de las poblaciones de Onil y Castilla En el documento, el rey entrega los castillos y las villas de “Villamarchant et de Chest” recibiendo, a cambio, el castillo y villa de Castalla y la torre de Unili —Onil-.

A partir de este momento el linaje de los Peris de Arenós enseñoreó Cheste durante 150 años, hasta principios del siglo XV.

Tiempo después, el rey Jaime II de Aragón concedió a Cheste el título de "Mero y Mixto Imperio con todo su ejercicio" reconocido más tarde por sus sucesores Alfonso IV el Benigno o Pedro IV el Ceremonioso.

Cronológicamente, el primer documento poblacional es la carta de la colonia cristianas.

El documento fue firmado conjuntamente por Ximén Peris de Arenós y su mujer Sancha Ximenis, señores de Cheste en aquellos años.

Con todo, la situación en la zona, que registró una permanencia generalizada de las comunidades indígenas tanto en los territorios de Chiva y Cheste como en la Hoya de Buñol, parece indicar un sometimiento relativamente pacífico ante los invasores lo que les permitió una cierta continuidad en el mantenimiento de las estructuras internas de las comunidades islámicas.